La Bolsa de Nueva York no logra sacarse de encima los temores respecto a una posible recesión en los Estados Unidos, en un clima global enrarecido por el conflicto bélico en Ucrania. En ese tono, los principales índices americanos alternan alzas y bajas pero no logran salir del tono negativo. El S&P Merval porteño, por su parte, resiste el temporal.
El bear market parece haberse apoderado de Wall Street. Más allá de alzas y bajas momentáneas, el tono bajista no abandona a las operaciones. El índice S&P 500 pierde 17% en el año y 1% en el mes. El fin de la tasa cero en los Estados Unidos, el pico de inflación en 40 años y el temor a una recesión empujan a la baja a las cotizaciones. Y la aventura bélica de Rusia complica aún más ese contexto. Por el lado positivo, el S&P Merval porteño logra mantenerse en terreno positivo al menos hasta el momento.
Las preocupaciones en torno a ganancias débiles, junto con la posible desaceleración del crecimiento afectaron el optimismo del mercado, mientras que Christine Lagarde (presidenta del Banco Central Europeo), agregó su cuota de nerviosismo a los mercados al mencionar que no se descarta ver la tasa de interés de referencia de la Zona Euro en cero o “ligeramente por encima” hacia fines de septiembre.
Por otra parte, en el plano corporativo, la volatilidad vuelve a apoderarse del mercado después de que un pronóstico poco alentador de Snapchat diera otra excusa para deshacerse de las acciones tecnológicas.
La compañía advirtió sobre un entorno macro que “se deterioró más rápido de lo que anticipamos”, y dijo que era poco probable que cumpliera con su guía de ingresos y ganancias para el segundo trimestre. Tras conocerse las novedades, los papeles de la red social se hundieron y arrastraron al índice tecnológico Nasdaq.
Todo esto mientras los datos de inflación de los Estados Unidos todavía no pegan la vuelta y se mantienen cerca de récords de 40 años, impulsando expectativas de más subas de tasas por parte de la Reserva Federal en un volantazo abrupto de la política monetaria que podría empujar a la economía a una recesión.
En un entorno negativo, quizás el dato más destacado es que las acciones argentinas se mantienen como una especie de refugio en medio del mercado bajista. El índice S&P Merval no deja de sufrir la volatilidad global, pero gracias a la estabilidad de los dólares financieros y a un desempeño relativamente positivo de buena parte de las acciones que lo componen gana 2,5% en lo que va del año, medido en dólares contado con liquidación.