Pese a la derrota del presidente en funciones, Jair Bolsonaro, en manos del izquierdista Luis Inácio Lula Da Silva en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, los activos brasileños resistieron y hasta se permitieron ganancias en las primeras ruedas tras la cita en las urnas. Un ganador que tuvo que buscar alianzas en el centro y un Congreso hostil a giros a la izquierda explican el comportamiento de los inversores.
Uno de los acontecimientos políticos más esperados del año por los mercados de la región pasó sin sacudidas en los activos financieros. El presidente en funciones de Brasil, Jair Bolsonaro, cayó derrotado por un angosto margen en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del domingo pasado. La victoria de Luis Inácio Lula Da Silva, de extracción izquierdista, estuvo lejos de asustar a los inversores dado el movimiento hacia el centro de su propuesta y un desempeño mejor de lo esperado del derrotado oficialismo que le garantiza poder de veto en el Congreso en los próximos dos años.
Lula se convirtió en presidente electo de Brasil por apenas 1,8 puntos porcentuales de diferencia. La cercanía entre los dos candidatos había garantizado un gran desempeño de las listas oficialistas en la primera vuelta, generando grandes ganancias a ese sector político a la hora de distribuir bancas legislativas.
Además, la versión moderada que debió presentar Da Silva para poder ganar el domingo sumó motivos para la calma.
Por eso, tras un premarket negativo en la mañana del lunes inmediatamente posterior al ballotage, el índice Bovespa de la Bolsa de San Pablo y el índice EWZ de acciones brasileñas que cotizan en Wall Street sumaron dos ruedas de alzas consecutivas.
También el real brasileño se fortaleció levemente, restando presión a los tipos de cambio financieros en la Argentina, muy atados a lo que pasa en el país vecino.
Solo las empresas con participación estatal vieron algunas bajas dado que las promesas de privatización del candidato derrotado no podrán llevarse a cabo.
El índice EWZ gana más de 17% en lo que va del año y no muestra señales de agotamiento. El contexto global y la continuidad de una transición calma, sin resistencias del oficialismo para llevar adelante una transición ordenada, son clave para la continuidad del buen tono del mercado extranjero cuya suerte más influye en los activos argentinos.