El esquema del “dólar soja” cumple, al menos en su faceta de acelerar ventas de productores a exportadores a un tipo de cambio de $200 por dólar. En solo 6 días hábiles entraron al mercado de cambios unos USD 2.260 millones, de los cuales la mitad fueron para el Banco Central y el resto a financiar importaciones. El gobierno ya piensa en el después.
La dinámica cambiaria en el mercado local continúa dominada por el flujo constante de divisas de exportadores agropecuarios, impulsada por el esquema temporal de “dólar soja” que premia con un tipo de cambio de $200 a las ventas al exterior de la cadena de la oleaginosa. Aunque a un costo mayor, el tipo de cambio diferencial cumple en permitir al Banco Central sumar reservas para calmar el frente cambiario local y acercarse a cumplir con la meta de acumulación de divisas pactada con el FMI.
En las seis ruedas hábiles desde la introducción del dólar soja el aporte del sector al mercado cambiario mayorista fue de unos USD 2.260 millones en total.
En ese periodo, el Banco Central logró hacer compras para quedar con un saldo positivo de USD 1.385 millones que se sumaron a sus tenencias. El resto, fue a financiar pagos de importaciones de energía y otros sectores.
El esquema va a estar vigente hasta el 30 de septiembre, plazo para el que se calcula terminarán de ingresar cerca de USD 5.000 millones por esta vía.
La clave, una vez terminado el periodo destinado a este incentivo, es cómo seguirá el ritmo del mercado cambiario una vez desaparecida esa oferta extraordinaria de dólares. Ya hay distintos sectores del agro y la industria pidiendo un armado similar para premiar sus exportaciones con un mejor rendimiento y la llegada de divisas de organismos internacionales prometida para los próximos meses puede ayudar a aplacar los ánimos.