Cede la inflación más de lo previsto en EEUU

Los datos de inflación en los Estados Unidos permiten ilusionarse con que el proceso de suba de tasas está cerca de llegar a su fin. La semana que viene la Fed decide un nuevo ajuste a la política monetaria. Dos factores, empleo y consumo, empujan a más endurecimiento.

La inflación en los Estados Unidos cayó en octubre más de lo previsto y generó esperanzas de que el récord de inflación reciente vaya amainando, dando margen a la Reserva Federal para desacelerar o incluso finalizar su ciclo de aumento de tasas, la principal causa del mal año de Wall Street. Sin embargo, el empleo y el consumo todavía traen dudas

El índice de precios al consumidor anual de octubre fue 7,7%, con fuerte caída respecto del 8,2% en septiembre. La inflación núcleo –excluyendo alimentos y energía- fue sólo 0,3% en octubre y cayó al 6,3% anual.

Hay motivos para el optimismo respecto a que la Fed terminaría rápido con su endurecimiento de la política monetaria. Pero la noticia del viernes pasado de que en noviembre se crearon unos 263.000 puestos de trabajo demostró que los esfuerzos de la autoridad monetaria estadounidense por frenar la economía y reducir la inflación siguen en marcha.

La próxima semana, la Reserva Federal se reunirá y probablemente votará a favor de subir las tasas de interés otro 0,50%.

El objetivo del banco central al subir las tasas de interés este año fue claro: reducir la inflación. Concretamente, frenando el ritmo de gasto de empresas y consumidores.

En el frente empresarial y de los inversores, los directores ejecutivos de los grandes bancos están sin duda escuchando más cautela por parte de los clientes a medida que nos acercamos a 2023.

Pero en el lado de los consumidores, la situación para la Fed es más desafiante. Y el consumidor, como siempre, es el grueso de la historia de la economía estadounidense. El gasto de los consumidores representa alrededor de dos tercios del PIB. La vivienda, la comida, la ropa y las vacaciones entran dentro de este paraguas.

Y mientras el consumo se mantenga firme, la Reserva Federal seguirá decidida a mantener altas las tasas.