Caen las expectativas de inflación en los EEUU

Tras un dato de inflación de diciembre que confirmó las previsiones de desaceleración de la inflación en la principal economía del mundo, el principal relevamiento de expectativas de los Estados Unidos muestran que los estadounidenses esperan que la inflación cierre este año en el 4% punta a punta. El dato es positivo para activos de países emergentes como la Argentina.

La inflación estadounidense disminuyó en diciembre por sexto mes consecutivo, tras el máximo alcanzado a mediados de 2022, a medida que la Reserva Federal subía agresivamente los tipos de interés y la economía mostraba signos de enfriamiento. De la mano de ese registro, las expectativas de inflación de los Estados Unidos ceden al 4% anual esperado para todo 2023.

El índice de precios al consumidor subió un 6,5% el mes pasado con respecto al año anterior, frente al 7,1% de noviembre y muy por debajo del máximo del 9,1% alcanzado en junio.

El IPC núcleo, que excluye los volátiles precios de la energía y los alimentos, subió un 5,7% en diciembre con respecto al año anterior, frente al 6% de noviembre. Números alentadores ya que buena parte del mercado toma la inflación core como un indicador de la inflación futura.

Las expectativas de inflación a un año en Estados Unidos, relevadas por la Universidad de Michigan, cayeron en enero al nivel más bajo en casi dos años. Los encuestados esperan que los precios aumenten 4% durante todo 2023, por lo que proyectan que alcancen el nivel más bajo desde abril de 2021. En aquél mes, los encuestados estimaban que los precios avanzarían 5,4% en los doce meses siguientes.

Si bien la postura dura de la Reserva Federal deja claro que un mejor sentimiento respecto al futuro de los precios no implica que su ciclo de suba de tasas esté llegando a su fin, al menos sí muestra que el mercado le cree a la Fed y considera que va a tener éxito en superar la peor escalada de precios en 40 años.

El dato es positivo para mercados emergentes como la Argentina porque reduce las previsiones futuras de salida de capitales en dirección a activos seguros como los bonos del Tesoro.