Representantes de la Reserva Federal de los Estados Unidos (Fed) hicieron comentarios públicos respecto a que el ciclo de suba de tasas de interés no está concluido, pese a las señales de desaceleración de la inflación. La dura postura, junto con malos datos de precios de Europa, golpearon a los mercados
Mientras Wall Street trataba de ilusionarse con un fin del endurecimiento de la política monetaria en Estados Unidos, comentarios de autoridades de la Reserva Federal (Fed) se encargaron de calmar los ánimos de los inversores.
El presidente de la Reserva Federal de Saint Louis, James Bullard, indicó que podría ser necesario llevar las tasas de interés por encima del 5% para reducir la inflación actual. Estos comentarios, sumados a señales similares hechos por otros miembros del comité de política monetaria estadounidense, hicieron renacer los temores de los inversores respecto a un encarecimiento del dólar y el costo del financiamiento que siga castigando a las acciones estadounidenses.
Los tres principales índices norteamericanos, el S&P 500, el industrial Dow Jones y el tecnológico Nasdaq perdieron terreno tras los dichos de Bullard.
A los dichos de Bullard se sumaron, además, datos de la inflación de la Zona Euro que llevaron al dato interanual al 10,6% frente al 10,7% previo. Con el agregado de que no sólo la energía, recalentada por el conflicto bélico en Ucrania, se movió a altas velocidades. La señal muestra que la desinflación va a ser lenta y va a forzar, también, un endurecimiento aún mayor de la política monetaria en el viejo continente.
Con la Fed manteniendo firme el rumbo y Europa necesitada de endurecerlo, las previsiones de una caída de la actividad a nivel global se vuelven más palpables. En línea con eso, el petróleo cayó 4,1% previendo una caída de la demanda global.