El Gobierno consiguió renovar todos los vencimientos durante una licitación de deuda en pesos que tuvo lugar la semana pasada. Fueron casi $166.000 millones los que obtuvo Tesorería, apenas poco más de lo que necesitaba. La atención del mercado va a estar puesta en las siguientes operaciones de deuda que se necesitan para cerrar el programa financiero 2022
La Secretaría de Finanzas obtuvo $165.866 millones en la segunda licitación de deuda en pesos del mes, celebrada la semana pasada. Con vencimientos por $164.233 millones, la cifra permitió pagar todos los papeles que llegaban a término esta semana con apenas poco más de $1.600 millones de sobra.
Por el tipo de vencimiento, casi todo estaba en manos de bancos, la ocasión no daba margen para emisiones mayores. El 74% de lo recaudado fue en dirección al Bonte 2027, un papel que los bancos pueden utilizar para “integrar encajes”, es decir, para poner a rendir depósitos que por normativa deben dejar encajados en el Banco Central a tasa cero o con vehículos especialmente diseñados como este. De ahí que la emisión final no podía ir mucho más allá de las necesidades de encajes de las entidades financieras.
Pero en lo que queda del año el Tesoro necesita sumar más colocaciones de deuda de manera tal de cerrar el programa financiero del año sin sobresaltos.
El mercado de deuda en pesos se ha transformado en un punto clave para la suerte del programa del ministro de Economía, Sergio Massa. El funcionario necesita no sólo renovar los vencimientos sino sumar financiamiento neto extra para ayudar a cubrir parte del déficit de las cuentas públicas.
Ese financiamiento fresco en moneda local es clave para limitar al mínimo la necesidad de asistencia del Banco Central al Tesoro, por la vía de la emisión monetaria.
La próxima gran prueba es el 28 de noviembre próximo, última licitación del año. Ese lunes el Tesoro deberá enfrentar $258.480 millones en vencimientos, con prácticamente la totalidad de ellos en manos de inversores privados.