El mercado de las criptomonedas volvió a tener un serio traspié en la semana que pasó. Una plataforma de compra y venta de cripto activos utilizó las tenencias de sus clientes para fondear inversiones de riesgo de una empresa relacionada. El resultado fue una corrida, la presentación de una quiebra y pérdidas para sus clientes. El caso de FTX muestra los riesgos que todavía existen en mercados sin regular
Las inversiones alternativas al mercado tradicional ganaron peso en los últimos años con la explosión de los precios de las criptomonedas. Sin embargo, la burbuja explotó y mostró que todavía es pronto para considerar a esa plaza como una alternativa de inversión comparable con la de mercados regulados de acciones y bonos tradicionales.
¿Qué pasó? En medio de la caída de los precios de las criptomonedas, el cambio en el valor del Bitcoin hizo que el Bank of America calificara a la especulación con esos activos como la quinta burbuja más grande de la historia, una de las plataformas de intercambio de criptomonedas más grandes del mundo entró en problemas.
FTX, el exchange fundado por el célebre Sam Bankman-Fried, sufrió una dura corrida que lo obligó a frenar los retiros de criptomonedas por parte de sus clientes. Pocas horas después, y tras intentos de rescates fallidos, la empresa se amparó en la Ley de Quiebras de los Estados Unidos.
Aunque las investigaciones todavía están en curso, una exclusiva del Wall Street Journal que cita a fuentes anónimas de FTX sostuvo que la plataforma utilizó las criptomonedas puestas en custodia por sus clientes para capitalizar a una empresa relacionada, Alameda Research.
Alameda es un fondo de inversión cripto que, según esa hipótesis, apostó por estrategias de inversión de riesgo “apalancadas”, es decir, con capital propio combinado con activos prestados. Endeudada y con los precios del mercado cripto en baja se encontró sin la posibilidad de cubrir sus pasivos. Y recurrió a los activos de terceros, en custodia en FTX -una empresa relacionada- para hacerles frente.
Los rumores alrededor de ese tipo de manejos dispararon la corrida y en cuestión de horas la empresa debió ampararse en un proceso de quiebra. Investigaciones criminales están en marcha en los Estados Unidos y Bahamas, lugar donde tiene sede la empresa.
El fiasco generó un agujero de liquidez de unos USD 9.000 millones. Dinero, o más bien cripto activos como Bitcoin, Ether y otros, que era propiedad de los usuarios y que se desvaneció en pocos días. Millones perdieron todo.
La industria que se maneja sin regulación estatal como la que pesa sobre los mercados de acciones y bonos mostró una vez más que todavía está lejos de ser una alternativa segura y, apenas, permite apuestas de altísimo riesgo.